Cuando sientes miedo o te asustas, ¿te has preguntado porque tu reacción ante un susto es gritar? Nos sucede a todas las personas, y es un acto reflejo que no podemos evitar, al igual que cuando lloramos por un disgusto o un dolor muy grande.
Reflejos involuntarios de nuestro cuerpo
El gritar es un acto reflejo involuntario, lo produce nuestro cerebro como método de defensa, auxilio o liberación de una presión psicológica. En inevitable, aunque si los sustos se producen continuamente se puede llegar a controlar incluso a suprimir de nuestro cerebro cuando ya estamos acostumbrados. Los sobresaltos por ruidos, accidentes o sucesos fuera de lo normal, también pueden hacer que gritemos inconscientemente como forma de aliviar y expresar nuestros sentimientos.
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Por qué gritamos cuando tenemos miedo
No soy una persona típicamente asustadiza. Me gusta estar alerta imaginando situaciones similares a las del Capitán América durante mi viaje matutino en el ascensor, aplastado entre 20 oficinistas masculinos. Entonces, ¿por qué grité de miedo? (Una teoría: porque en realidad no tengo las habilidades del Capitán América).
Gritar, sin embargo, es un ruido único. La investigación sugiere que cuando gritamos de miedo, el ruido tiene el doble propósito de agudizar nuestro propio enfoque frente a una amenaza, así como de advertir a los demás.
De hecho, nuestro cerebro procesa los gritos de una manera única. La mayoría de los ruidos que escuchamos se envían desde nuestro oído a un área del cerebro dedicada a analizar un sonido y dividirlo en sus componentes, como el género, la edad y el tono; alto o bajo; un instrumento de latón, de cuerda o eléctrico, o varios combinados; un ribbit o un arrullo, y qué animal hace ese sonido.
Sin embargo, un grito es diferente, según David Poepple, PhD, profesor de psicología y neurociencia en la Universidad de Nueva York. Poepple es el autor principal de un estudio de 2015 que analizó lo que sucede en el cuerpo cuando las personas gritan de miedo. Un grito va directamente del oído a la amígdala, la parte del cerebro que procesa el miedo y activa la respuesta de lucha o huida del cuerpo. El sonido sacude nuestros cerebros para aumentar el estado de alerta y el análisis.
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